domingo, 8 de abril de 2007

CUERPO SIN SOSIEGO


No puedo acercarme por detrás. Siento los ojos en la nuca. El rodete tan liso
un artefacto espía.
Mejor tomarla por el brazo, empujándola un poco, apenas.
Que voltee y me asesine con la mirada de “cervatillo pringoso”.
Tengo sueños de Castillos y lunas de otros milenios. El paso lento tan cerca
del precipicio. Una yugular como ésta es un cielo de secretos. Tiemblo al
pensar en su raconto de voces, en las muecas de sus segundos, en la
vorágine de sus minutos. Le huelo la sangre que se escapa por el pequeño
dique sin prisa, sin pausa. Está pálida y altiva, se descose los puños apretados
la frente ancha que anticipa un descanso en niebla.
Sus labios son una línea que todavía separa esta noche de la otra noche.
Ella sabe que es la hora y ahora duda, un pequeño tremolar en las comisuras.
Yo soy corriente y anodina, nada tengo de su belleza ni de su carne anidada
por la araña. Puedo sentir los huevos bullientes en los intersticios de sus músculos.
Ha perdido la partida, ya no hay tiempo, la voz se ha deslizado por el balcón
como un manto de ardilla a los inicios de un bosque. Tengo una oferta.
La besaré hasta ahogarla, sabrá de mi todos los reinos en un solo reino, sabrá
como es acurrucarse en las madrugadas, bajo el imperio de una misma y eterna noche.
Paseará sus vestidos de princesa por el mundo, elegirá a su ninfa amante,
a su cuervo amante.
Se reirá un poco hojeando revistas, viendo su imagen repetida una y otra vez en
televisores. Ella me dará su corazón esponjoso, a cambio derrotaré a la araña,
secaré sus huevos. No necesito de palabras, la conozco, puede ser la arpía hambrienta
y también la triste mujer que expulsa hora a hora su útero en pequeños trozos para
sus “grasitas”. ¿La querían eterna?
Cuando me prenda a su cuello, seremos dos damas descendiendo la escalera de agua,

senos contra senos. Pasarán en un instante sus pobrezas, sus odios y su instinto de perra
callejera cobijando cachorros famélicos en el duro invierno. Pasarán sus gemidos de gata
en siestas anónimas. Luego ella se prenderá a mis muñecas con una ansia perpleja y nueva.
Se beberá mis siglos y mis astucias y mi soledad de loba perdida del rebaño.
Yo sé que luego de echar de sí el último resto de humanidad, será la más grandiosa
Reina de los Condenados. Será la Reina Oscura, nuestra Señora de la Devota Sangre.
La Vampiro astuta que nos sacudirá la tierra de los vestidos y las hojas secas del jardín
para llevarnos sin riesgo a la inquietante luz de sus pupilas.

Lilián Cámera

1 comentario:

Jens dijo...

Hola, Lili!

Bueno, primero que nada, te felicito, y a tus amigas, por la calidad del sitio, desde lo visual y desde la calidad de los textos.
En cuanto a CUERPOS SIN SOSIEGO, si bien casi no te había leído en prosa, el relato es muy cerrado, y recrea para el lector en forma muy lograda el clima de tensión erótica y a la vez de posesión y violencia entre ambas protagonistas. Muy original esta mirada sobre Evita, que evidentemente la desacraliza, la vuelve otra cosa. Brillante, Lili.

Un abrazo
Jens