II
¿Ha de volver siempre la mañana? ¿No tendrá nunca fin el poder de la tierra? Siniestra agitación devora el vuelo celestial de la noche que se acerca. ¿No va a arder para siempre la ofrenda secreta del amor? Los días de la luz están contados; pero fuera del tiempo y del espacio está el imperio de la noche. El sueño dura eternamente. Sagrado sueño — no escatimes la felicidad a los que en esta jornada terrena se consagran a la noche. Sólo los insensatos te ignoran y no conocen otro sueño que el de la sombra que tú, compasiva, arrojas sobre nosotros en el crepúsculo de la noche verdadera. Ellos no te sienten en el dorado mosto de las uvas — ni en el aceite milagroso del almendro, ni en la parda savia de la amapola. No saben que eres tú la que envuelve los pechos de la tierna muchacha y convierte su regazo en un edén — no sospechan siquiera que tú, desde antiguas historias, sales a nuestro encuentro abriéndonos las puertas del cielo, trayendo la llave de las moradas de los bienaventurados, silenciosa mensajera de infinitos misterios.
Novalis (Friedrich von Hardenberg)
(1772-1801)
Traducción de Rodolfo Hässler
Foto: www.poeta_gotico.kit.net
3 comentarios:
Hola! Muy bello e interesante sitio... poemas de gran fuerza! Saludos.
Gracias Maraia, tratamos de reunir nuestras pequeñas cajitas musicales, fragmentos, espacios y cruces de palabras que nos guían.
Saludos
Lilián
que lindo poema, me llego al corazon, felicidades...
dejare que mis suenhos despierten la muchacha que llevo dentro ansiosa de encontrar las puertas del Eden,
un abrazo,
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